domingo 28 abril, 2024

EL DESPERTAR DE LOS DEMONIOS

En medio de un panorama político marcado por las elecciones, resurgieron discursos que manifiestan una preocupante tendencia a justificar los episodios más oscuros de nuestra historia. Estos tiempos turbulentos nos obligan a abogar nuevamente por los principios fundamentales de los derechos humanos y a reflexionar sobre la incansable lucha por la Memoria, la Verdad y la Justicia. A partir de la necesidad de generar un diálogo sólido y fundamentado, desde Revista Fixiones, conversamos con Verónica Torras, Licenciada en Filosofía UBA, Directora ejecutiva de Memoria Abierta e Integrante de la Comisión directiva del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), para obtener su perspectiva sobre esta situación.

Por: Mercedes Larosa Donay | Foto: Melisa Molina

 

En el último tiempo en el discurso público aparecieron argumentos que defienden y justifican las violaciones a los derechos humanos perpetradas por la última dictadura militar en Argentina. Estos oscuros episodios de la historia nacional dejaron profundas secuelas políticas, culturales y sociales que persisten como heridas abiertas en el tejido de la sociedad argentina hasta el día de hoy. En el centro del debate se encuentra el discurso del candidato a presidente de La Libertad Avanza Javier Milei quien durante el reciente debate presidencial justificó y minimizó las atrocidades realizadas por el terrorismo de Estado al decir que “no fueron 30 mil los desaparecidos”, y que “Durante los 70 hubo una guerra en la que las fuerzas del Estado cometieron excesos”. Un discurso casi textual del que tenían dictadores cómo Jorge Rafael Videla y Emilio Massera.

 

Verónica Torras, Licenciada en Filosofía UBA, Directora ejecutiva de Memoria Abierta e Integrante de la Comisión directiva del CELS, plantea a partir de la circulación de estos discursos, preocupantes reminiscencias pre-democráticas al retrotraer la discusión social a los términos utilizados por las fuerzas armadas durante la última dictadura. Ella plantea que este viraje hacia extremos en el discurso político se hace aún más alarmante cuando el candidato sugiere la “aniquilación, persecución, desaparición y exterminio” del adversario o de su ideología.

 

 

“Esto reproduce la modalidad del pensamiento bélico y convoca a volver a posicionar lo bélico en el presente como modalidad de convivencia, como clave para organizar el discurso político y electoral.” A su vez agrega que “en términos más moderados, Patricia Bullrich reproduce esta misma lógica. Toda su campaña electoral también está centrada en la destrucción de su adversario y tiene elementos muy agresivos y hostiles en los spot, en la campaña y en las declaraciones públicas. Estos elementos configuran un clima pre-democrático y anti-democrático.”

 

De esta forma, lo que Milei y Bullrich persiguen no es la creación de una verdad completa, sino la restauración de la narrativa de la verdad vinculada al poder homicida. Este discurso, que en el pasado negaba vehementemente la existencia de campos de concentración, prisioneros políticos y personas desaparecidas. Volver a poner en discusión los acuerdos democráticos y exponer estos argumentos bélicos no sólo reflejan una retórica peligrosa, sino que también resaltan la importancia de mantener una postura firme en la defensa de los derechos humanos.

 

Torras explica cómo durante las últimas cuatro décadas se ha llevado a cabo un esfuerzo continuo para desafiar y reemplazar el paradigma existente en la construcción de la memoria, la verdad y la justicia. En su lugar, se ha buscado establecer una narrativa documentada de los acontecimientos, respaldada por los testimonios de los sobrevivientes y los familiares de las víctimas, la labor de investigación realizada por la CONADEP, los procesos judiciales que se originaron con el Juicio a las Juntas y que persisten hasta el día de hoy, así como las contribuciones de los archivos nacionales e internacionales, entre otros aspectos destacados.

 

“Desde mi perspectiva hay que visibilizar estas cosas, hay que responderlas no solo desde la discusión política sino también desde el proceso de justicia tan importante que nos ha permitido producir una verdad documentada y muy solida en relación a lo que es la reconstrucción de la experiencia del terrorismo de Estado. Tenemos que responder desde lo que la propia sociedad logró construir y que controvierte estas cosas que Milei está planteando, por ejemplo, en relación al paradigma de la guerra. Es algo que ha sido planteado ampliamente por los abogados defensores de los militares, de los policías y de los imputados en los juicios de delitos lesa humanidad y que ha sido permanente refutado desde la fiscalía del Ministerio Público Fiscal y desde los Tribunales.”

 

En tiempos de incertidumbre y polarización, Torras considera que debemos recordar los horrores del pasado y la valiente lucha de quienes han buscado justicia y verdad durante décadas. Los derechos humanos son fundamentales para una sociedad democrática y deben ser respetados en todo momento. El llamado a un diálogo argumentado y la promoción de los principios de memoria, verdad y justicia son esenciales para mantener la integridad de la sociedad argentina en estos momentos críticos.

 

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