viernes 29 marzo, 2024

“TRABAJAMOS TODOS LOS DÍAS PARA DEVOLVERLE LA IDENTIDAD A LAS PERSONAS”

Este miércoles las Abuelas de Plaza de Mayo anunciaron la recuperación del nieto 132, luego de haber comunicado hace menos de una semana la identificación del caso 131. En conversación con Fixiones, la coordinadora del área de ADN mitocondrial del Banco Nacional de Datos Genéticos, Florencia Gagliardi, cuenta la historia y el modo en que trabaja esta institución fundamental para la lucha por la identidad.

Por Julián Romero l Fotos: Banco Nacional de Datos Genéticos 

En febrero de 1986, cuando la democracia aún se encontraba inestable y los encargados de los delitos de lesa humanidad perpetrados durante el último golpe de Estado estaban libres, una comitiva de Abuelas de Plaza de Mayo encabezada por Estela de Carlotto fue recibida por el presidente Raúl Alfonsín. Le exigían la creación de un archivo de material genético y muestras biológicas de familiares de personas que habían sido secuestradas y desaparecidas durante la dictadura. Tras idas y vueltas, Alfonsín aceptó y así fue como en 1987 se creó el primer Banco de Datos Genéticos del mundo. Tres años después, una joven que cursaba el último año en la Escuela Técnica Química N27 ingresó al BNDG mediante un proyecto de intercambio. 

Florencia Gagliardi todavía recuerda ese momento: “Cuando entré yo solo quería aprender, nada más que eso. No entendía la importancia de mi tarea. Mientras tanto fui madurando y creciendo, adquirí conciencia, y en la actualidad siento una gran responsabilidad por lo que hago”. A sus 49 años y a partir de la histórica recuperación del nieto 132, es una de las personas con más experiencia dentro del banco y se identifica con una lucha que ya siente propia. 

 

 

-Cuando el BNDG surgió y se empezaron a hacer comparaciones entre niños que se sospechaba que podían tener relación con personas desaparecidas, no existían los estudios de ADN, la situación ahora cambió…  

Las primeras investigaciones se hacían en base a el complejo mayor de histocompatibilidad y los grupos sanguíneos que son los tipos de estudios que servían para determinar la compatibilidad en trasplantes. El banco los utilizó para analizar la posibilidad de vínculos biológicos. Luego, trajeron lo que es el ADN mitocondrial, un marcador que permite determinar la posibilidad o no de vínculo por linaje materno. Cuando llegó esa nueva tecnología vino una persona ya formada de la Universidad de Berkeley para enseñarnos y tuvimos que hacer una puesta a punto muy grande. Fue entonces cuando tuve la oportunidad de desarrollarme en esa área, que es en donde sigo en la actualidad y soy la encargada. 

-El BNDG fue pionero en su área y una de las tareas fundamentales que tiene es capacitarse e implementar todas las tecnologías que van surgiendo…

Claro, eso nos obliga a estar constantemente actualizados y atentos a todos aquellos avances que surgen a nivel mundial. Estamos todo el tiempo buscando y estudiando nuevas herramientas porque el banco es también productor de ciencia. Somos un ejemplo en todo el mundo. Por esta razón, otra gran función que tiene el BNDG es trabajar en proyectos de capacitaciones y colaboraciones. Desde hace varios años realizamos actividades en conjunto con Colombia y Perú para aportar conocimiento. En este momento, se está armando un nuevo proyecto para trabajar con otros países de Latinoamérica en lo que respecta a la identificación y búsqueda de personas desaparecidas en democracia. 

En la actualidad hay un consenso mayoritario en el país de que la dictadura es algo que no debe volver a pasar, acompañado de un gran repudio hacia los genocidas. Pero cuando ingresaste no era así…

Estoy hace casi 30 años en el banco y cuando entré recién cumplía 18, que no son los mismos que ahora. En ese tiempo no había un entendimiento social generalizado de lo que había pasado durante la dictadura. De hecho, en el colegio no se hablaba, se obviaba. Por eso, cuando ingresé tuve que hacer un clic para tomar dimensión sobre la gravedad de los sucesos que habían ocurrido. Al escuchar las historias que nos contaban las abuelas y los nietos recuperados pude tomar dimensión del rol social que tiene el BNDG y la importancia que tiene la tarea que estamos cumpliendo. Nosotros hacemos identificación humana, trabajamos todos los días para devolverle la identidad a esos jóvenes y adultos que dudan de ella.

– En total lograron recuperar la identidad de 132 nietos, pero anteriormente a los dos últimos anuncios no se lograba una identificación desde 2019. ¿Cómo se mantiene la fuerza para continuar con la búsqueda? 

Ver que las Abuelas se van muriendo y no saber si vamos a resolver nuevos casos, desalienta. La pandemia también resultó ser un gran atraso para la búsqueda. Pero una vez un nieto me dijo: “Ustedes lograron que yo me rearmara”. Para mí es fundamental hablar con ellos, nos llenan de emoción, orgullo y es de donde sacamos las ganas de seguir. También, estamos constantemente recibiendo gente nueva con nuevas capacidades y posibilidades que renuevan la energía desde la ambición. Con el paso del tiempo llegaron jóvenes y se han creado nuevas áreas como antropología biológica y filogenia con el objetivo de buscar bisnietos, así que la búsqueda siempre va a seguir. Hoy veo que las nuevas generaciones crecen con otras posibilidades, otras estructuras y libertades, eso en gran medida es gracias al trabajo de Abuelas. El compromiso con ellas es el motor principal para seguir, siempre. 

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